viernes, 3 de agosto de 2012

Tres rumanos desvalijan una joyería en Logroño

A plena luz del día y a punta de navaja. La joyería Coti, ubicada en la céntrica avenida de Jorge Vigón en Logroño, sufrió un asalto a media tarde de ayer que acabó con la dependienta del establecimiento tumbada en el suelo y atada con cuerdas de pies y manos.
Según testigos presenciales, el hurto sucedió en torno a las cinco y media de la tarde de ayer. Al parecer, un grupo de ciudadanos del Este, dos hombres y una mujer, entraron en el establecimiento haciéndose pasar por clientes. En un descuido de la dependienta, la retuvieron y la tumbaron en el suelo atándola de pies y manos. En ese momento aprovecharon para «desvalijar todo el interior del comercio», aunque dejaron los artículos que se exponían en el escaparate, informaron las mismas fuentes.
Según indicó la propia familia de la víctima, los atracadores apuntaron a la vendedora con una navaja y le exigieron que les entregara las joyas que llevaba. Le advirtieron que, de lo contrario, «le cortarían los dedos». El grupo salió raudo con el botín despertando las alarmas en la zona.
«Estoy con una bola en el estómago», aseguraba visiblemente nerviosa Rosa García, dependienta de By Hoop!, la tienda de ropa infantil situada al lado de la joyería asaltada.
García aseveró que «todo ha ocurrido en cinco minutos». «Estaba hablando con ella en la calle cuando me sonó el teléfono y entré a atender. Mientras hablaba comencé a escuchar chillidos de los viandantes de 'policía, policía' y he pulsado la alarma de mi comercio para dar parte al SOS Rioja», relató la vendedora.
Al lugar de los hechos acudieron los Bomberos de Logroño, una ambulancia y la Policía Nacional, que tuvo que abrir un boquete en el cristal de la puerta de la joyería para desatascar la entrada y liberar a la atacada. Este cuerpo ha iniciado una investigación para esclarecer el suceso. Además de la conmoción, la mujer se dolía de algunos golpes en las piernas, confirmó la familia.
Inquietud y miedo
El hurto ha avivado la inquietud entre los comerciantes de esta céntrica arteria logroñesa. García constató que «ya ha habido más robos en la zona y a plena luz del día».
Esta dependienta reconocía sentir «miedo». «Muchas estamos solas atendiendo un establecimiento y lo pasamos mal. Así que intentamos comunicarnos cada media hora o cada poco rato para asegurarnos que todo va bien».
De nada sirvió en esta ocasión, y eso que en esta zona comercial tienen la sensación de que los asaltantes habían merodeado antes por este lugar y que conocían bien a dónde se dirigían.

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