Contemplo por la ventana de mi alma rota
oh España, mortecinos restos
y augurios funestos
de ti, siempre en tan alta cota.
Tus hijos alzaron el vuelo
escupiendo sobre tu suelo
sin respeto, en derrota.
Lágrimas de sangre cual madre abandonada
en tu desierta morada
brotan sin hallar consuelo.
Ingratos e ignorantes,
negligentes y pedantes
van los antaño infantes
vagando sin rumbo cierto.
Rezagado en la memoria
queda el recuerdo de gloria
de tu pasado triunfante.
Y así, herida tu alma a lanzadas,
deshecha por el cuchillo y las balas,
han sabido tus cobardes enemigos
incendiar tus divinas alas.
¡Alza la vista, sangre española!
¿Pero qué has hecho con tu corona?
¡Malvendida a los banqueros!
Amos de los patrios suelos,
que se han hecho con tus riendas
sin librar sangrientas contiendas.
Llenan la ibera panza
con vino, paja y carnaza,
y saciados ya tus hijos
rehúsan afilar la navaja
que en tiempos libertad te trajo,
honor, respeto y trabajo
de expulsar foráneos opresores
del dinero amos y señores.
Tu escudo de oro has pintado
con la sangre de tiranos e invasores.
¡Ay de tus gobernantes!
¡Anti españoles todos y farsantes!
Han asaltado cual cuatreros
con excusas y peros
tus arcas y tus riquezas;
El dorado americano
ha pasado por su mano
a coronar moras cabezas.
La roja rosa y el gualda clavel de tu bandera,
podada de mala manera
por quien juró defenderla.
¡Ay de ti, nación sin vela!
que te sobran timones
pero te faltan cañones
que alcancen gloria de otra era.
Muchos te han comandado
pero pocos te han amado,
pues llenarse los bolsillos
de poder y de amarillo
les ha sido más oportuno
que sacar a tu sable brillo.
¡Han empeñado tu cetro,
tu armadura y hasta tu yelmo!
Mas como un león herido
con tus garras defiendes con brío
la soberanía de tu reino.
¡No caigas tu en desconcierto,
madre de todas las patrias!
Pues mis letras avivan las ascuas
del fuego que llevas dentro,
y de los bosques al duro cemento,
hoy unos pocos, mañana muchos cientos
abren los ojos dolidos
los dueños de sus lamentos.
Traición sin memoria la suya,
renegados de tu benevolencia
que por nefasta conveniencia
sumaron su voz a la bulla,
y en esta hora sombría
sin riquezas como compañía
brota la sangre doliente
de su frente penitente.
¡Ay de vosotros, pobres diablos!
Fuisteis mezquinos, sucios y avaros.
Burla hicisteis de las virtudes
y de los héroes, ataúdes;
y como el olfato atrae a la alimaña,
con infame artimaña,
os sumáis a las levantadas juventudes
que en pie de guerra defienden
nuestro ayer y su mañana.
¿Y los artistas?
Los artistas...
Lejos de hacer brillar su arte
prostituido lo han, en parte
a asesinos separatistas.
Y gran duelo me hacía
que en toda España no hubiera
gente tan noble y fiera
como Bernardo López García.
¿Y los defensores?
¿Dónde se han quedado
los que antaño hubiesen dado
la vida por sus colores?
De pies y manos atados
con gruesas cadenas cual fieras
por los que usurpan escaños
perpetuos de malas maneras.
Vosotros, nobles guerreros,
sois de España baluarte;
despertad y romped vuestro yugo
pues de Cartagena a Lugo
no hay en la patria parte
donde el enemigo ose temeros.
Esperanza sois bajo éste Sol,
mañana seréis garantía
de que ésta tiranía
no arraigue más en suelo Español.
Marinos y agricultores,
ganaderos, trabajadores.
Celtíbero músculo que mueve
de la patria sus motores.
Surcas el mar con orgullo,
honrado pescador,
frente a la tempestad impones valor
pues sabes que el Azul es tuyo.
Y no está de más recordar
que cinco siglos atrás
surcaste a vela el futuro.
Fuerza en la azada no falta
a quien al pueblo sustenta,
por algo su título ostenta
con la faz bien alta
el que con diestra mano siega y planta
y viendo su fruto se contenta.
Y aquel que con mimo y ternura
ceba en montaña y llanura
las carne que nos alimenta.
Se escuchan truenos feroces
que vienen de la herrería,
el artesano golpea metales
con un canto de alegría.
Y con orgullo y esmero
forja el altivo armero
los fusiles y cañones
que aterran al mundo entero.
Allende la colina Norte,
donde el viento corta y hiela,
dos tricornios vigilan
a la luz de la Luna plena.
La paciencia es apellido,
el honor como divisa,
la bandera eterno manto
y verde su camisa,
vela por el pueblo sin descanso
la Guardia Civil como premisa.
Sois vosotros garante de ley y orden
de ésta patria que al despertar
hará los huesos temblar
del villano que la provoque.
¡Españoles, no hay descanso!
¡Españoles, no hay temores!
¡Españoles, no hay miedo, pues España no lo conoce!
La unidad de tus gentes
por el mundo es temida,
por ello brutal ponzoña
tus enemigos ávidos y prestos
han vertido en tu herida.
Enfrentado han a tus hijos,
Ay España,
en visceral batalla.
Y como ocurre con los titanes,
al enfrentarse en batallas sin pares,
han desolado tus dominios,
tus tierras y tus mares.
Mas sabe Dios que quien tuvo
sin duda alguna retuvo...
Y ocurre que no hay amor sin abrazos
ni guarda alguna sin arrojo,
ni existe para el alma española
ningún férreo cerrojo
que encofre la ibérica furia
ni silencie nuestro enojo.
Hable el cañón con honores
por su boca al enemigo,
y recuerden los invasores
que matadores y toros bravíos,
en la plaza fieros e impíos
todos son españoles.
Por eso, hijo de España,
si éste cantar tu vista empaña,
arroja con odio el trapo
que en la faz te cosieron con saña.
Aún late noble corazón
en tu pecho al bello son
del glorioso himno de España.
De Tinta Patriota para Logroño Despierta
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